La prueba de esfuerzo, también llamada prueba de ejercicio o test en cinta rodante, es esencial para entender cómo responde el corazón al esfuerzo físico. Esta prueba es clave para diagnosticar diversas condiciones cardíacas.
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Durante la prueba, el paciente puede caminar en una cinta o pedalear en una bicicleta estacionaria, mientras se monitorean variables como:
la respiración,
la presión arterial,
la frecuencia cardíaca y,
el ritmo cardíaco.
Existen casos, como personas con artritis, que no pueden realizar las actividades físicas requeridas en una prueba de esfuerzo convencional. Para ellos, el médico puede optar por administrar un medicamento que haga que el corazón trabaje más, imitando el efecto de la actividad física.
A continuación, te explicaremos las razones por las cuales un médico podría sugerir realizar una prueba de esfuerzo y qué puedes esperar durante el proceso.
¿Por qué hacer una prueba de ejercicio (stress test)?
Las pruebas de ejercicio son valiosas para los médicos, ya que les permiten diagnosticar distintas enfermedades cardíacas. Además, también pueden evaluar el riesgo cardiovascular antes de realizar actividades que demanden un esfuerzo significativo al corazón. Asimismo, son útiles para observar cómo responde el corazón ante el ejercicio físico.
Si has experimentado síntomas como dificultad para respirar, dolor en el pecho, mareos, o un ritmo cardíaco anormal, tu médico podría sugerirte hacer una prueba de esfuerzo.
Además, este tipo de prueba es recomendable si:
Estás bajo tratamiento para una condición cardíaca.
Vas a someterte a una cirugía del corazón.
Estás considerando empezar un programa de ejercicios intensivos.
Un stress test también puede ayudar a identificar a personas con apnea obstructiva del sueño, un grupo con mayor riesgo de sufrir complicaciones graves. Así lo sugiere un estudio presentado en la conferencia de la Sociedad Torácica Americana en 2013.
Durante el ejercicio el corazón palpita más fuerte, es allí donde la prueba de esfuerzo puede revelar complicaciones en las arterias coronarias. Este tipo de problemas no se pueden detectar, o es muy difícil hacerlo, cuando el cuerpo está en reposo.
¿Qué debes esperar en una prueba de ejercicio?
Antes de una prueba de esfuerzo, tu médico podría recomendarte evitar el consumo de bebidas con cafeína o ciertos medicamentos el día de la prueba. También, se te pedirá no fumar y evitar comer o beber cualquier cosa, excepto agua, de 2 a 4 horas antes de la prueba.
Si usas un inhalador regularmente por alguna condición respiratoria, debes llevarlo al examen y asegurarte de que el médico esté informado sobre tu situación. Es importante que, para la prueba, vistas ropa y calzado cómodos que te permitan hacer ejercicio sin dificultades.
Durante la prueba, estarás conectado a varios equipos médicos que monitorizan tu corazón.
Esto incluye:
Parches o electrodos adheridos al pecho.
Una manga de presión arterial en el brazo.
Un monitor de pulso colocado en el dedo.
En caso de que no puedas realizar la actividad física necesaria para la prueba, se te administra un medicamento a través de una infusión intravenosa. Así, será posible simular el efecto del ejercicio en tu corazón.
Los principales factores que el médico evaluará durante la prueba incluyen:
La frecuencia cardíaca.
La respiración.
La presión arterial.
El impacto del ejercicio sobre tu nivel de fatiga.
El ritmo y las ondas del corazón.
Pruebas de ejercicio: Tipos
Hay distintas maneras de realizar una prueba de esfuerzo, adecuándose a las condiciones y necesidades de cada persona.
Prueba de esfuerzo con ejercicio
El objetivo durante esta prueba es monitorear el pulso, la presión arterial, la respiración, y la fatiga que experimentan los pacientes a distintos niveles de actividad física. Veamos un paso a paso de cómo se desarrolla una prueba de esfuerzo en una cinta de caminar:
Primero, te conectarán a dispositivos que supervisarán el funcionamiento de tu corazón y tomarán algunas mediciones iniciales.
Luego, te sitúas en la cinta.
La cinta empezará a moverse lentamente, y comenzarás a caminar a un ritmo suave.
Poco a poco, la velocidad de la cinta aumentará.
La inclinación de la cinta puede variar, subiendo o cambiando de dirección para simular diferentes intensidades de ejercicio.
Antes de concluir, te pedirán respirar a través de una boquilla para medir el aire que expulsas.
Finalmente, la cinta se detendrá. Después, deberás acostarte para que el médico realice la medición de tu presión arterial y otras lecturas relevantes.
Se espera que el ejercicio dure entre 10 y 15 minutos, aunque si en algún momento necesitas descansar, puedes indicarlo.
Prueba de ejercicio nuclear
Si los resultados de una prueba de esfuerzo estándar indican la necesidad de un examen más profundo, el médico indicará una prueba de esfuerzo nuclear. Esta prueba, también llamada gammagrafía cardíaca, proporciona una visión más detallada y precisa del corazón. Durante la prueba, similar a la de esfuerzo convencional, se inyecta un líquido de contraste en el brazo.
Este contraste resalta el corazón y el flujo sanguíneo en las imágenes, mostrando áreas donde la sangre no circula adecuadamente.
Si la persona no puede realizar el ejercicio físico requerido, se puede administrar un medicamento que simula el efecto del ejercicio en el corazón. Posteriormente, se realiza una prueba de imagen, como una tomografía computarizada de emisión de fotones o una tomografía por emisión de positrones cardíaca.
El proceso de toma de imágenes dura entre 15 y 30 minutos. Se toman las primeras imágenes después del ejercicio y las segundas en un estado de reposo, ya sea el mismo día o al siguiente. En ocasiones, las imágenes "en reposo" se capturan antes de comenzar con los ejercicios.
Así, es posible comparar el comportamiento del corazón en condiciones normales y bajo esfuerzo, ofreciendo al médico una clara diferencia en el funcionamiento cardíaco.
Esta prueba no es recomendable para mujeres embarazadas o que podrían estarlo, debido al riesgo que la radiación representa para el feto. Además, cualquier persona con problemas respiratorios debe informar al médico antes de la prueba.
¿Hay algún riesgo en las pruebas de ejercicio?
Las pruebas de esfuerzo son generalmente seguras y se llevan a cabo bajo estrictas condiciones de supervisión. Sin embargo, como con cualquier procedimiento médico, existe un pequeño riesgo de efectos adversos. Entre estos, los más serios pueden incluir un ataque al corazón o alteraciones en el ritmo cardíaco que persisten después de la prueba.
Aunque estos eventos son raros, ocurren aproximadamente en 1 de cada 10,000 casos. Debido a estos riesgos, los médicos son cautelosos al recomendar estas pruebas y usualmente las reservan para personas que cumplen con criterios específicos de salud.
Las pruebas de esfuerzo no se aconsejan si una persona:
Sufre de ciertas enfermedades cardíacas o cardiovasculares graves.
No puede realizar ejercicio físico a causa de afecciones como la artritis.
Ha sufrido recientemente un derrame cerebral o un ataque al corazón.
Es crucial seguir las recomendaciones del médico y discutir cualquier preocupación antes de someterse a una prueba de esfuerzo. Así, puedes estar seguro de que los beneficios superen los posibles riesgos.
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